Escriben Caterina Mora y Manuela Mendez

El presente trabajo está filiado en nuestra propia historia personal y se inscribe en trabajos anteriores que tienen en común el relato y la ficción. Se plantea sobre la posibilidad del doble en la conjunción de dos líneas de sentido: el concursos de belleza característico del lugar en el que nacimos y en consecuencia, los datos que convergen en nuestra propia biografía.

Nuestro posicionamiento se distancia de una persona falsa con una vida inventada, y en cambio propone una instancia de pretensión irónica sobre nuestra propia vida. Así, la propuesta de Amalia Ulman sirve a modo de filiación por oposición. En cuanto al relato casero, paródico y de bajo presupuesto nos filiamos con Denise de Ruy Krygier.

En el video-performance se propone una ficción a partir del relato de Stella Maris Coustarot, conocida como Teté Coustarot, quien fue hace 50 años, la primera reina de la Fiesta Nacional de la Manzana.  Se tomó una entrevista de Teté en la televisión con información que a modo de documental, oficia de guía para el relato. En términos estructurales, en el video aparecen las siguientes instancias: placa inicial con la voz del tradicional locutor de la Fiesta Nacional de la Manzana (Aníbal Agüero); el audio de Teté Coustarot con nuestra imagen (en pantalla dividida) haciendo una mímica del texto[1]; planos de nosotras con el fondo del Río de La Plata y el audio de nuestra biografía en común contada por otros y por último, la imagen de nuestro DNI intervenido con el cambio de nombre. Se adjunta como paratexto de la producción de sentido, un breve CV en común de nosotras con datos de nuestras vidas.

El objetivo de este proyecto es hacer dialogar el racconto de la historia de Teté Coustarot con nuestra propia historia, y de esto se deriva el principal concepto que oficia de eje de la reflexión: la inversión narcisista.

En el conocido ensayo de Rosalind Krauss (1978), propone que el medio del video es el narcisismo. Lo que nos interesa de su planteo es el señalamiento hacia uno mismo que enfrente de la pantalla produce un “yo” escindido. Ahora bien, para el caso que nos compete, la figura de narciso se traduce en un “deseo de” que es consumado de manera absurda. El efecto es un “yo” escindido que se traduce en un “yo” que pretende unificarse en diversas réplicas.

De manera complementaria al planteo de Krauss, Gabriel Villota Toyos (1997) postula que uno de los modos del narcisismo es el reconocimiento y es en este sentido que hablamos de doble. En lugar de ser sujetos que al grabarse se desdoblan, el interés es unificar en una misma figura dos o más sujetos. Así, el narcisismo se invierte: no se produce respecto de Teté sino que es de nosotras mismas, porque vuelve hacia nosotras. Y es por esta razón que la elección del ángulo de las tomas apunta a empardar las figuras con el uso de objetos similares de cotillón.  Al enfrentarse a la cámara la situación se pone esencialmente narcisista ya que se recurre a la la imagen de “Teté reina” y la reproducimos de modo paródico.

Además del procedimiento en común de las imágenes, el añadido de nuestra propia biografía promueve la identificación con un “yo” en común,  que se enfrenta con el doble (debido a la evidencia de que no lo es) para desajustarlo. Se busca de esta manera poner en cuestión la situación especular del reflejo en el espejo: nuestra historia en común para hacer espejar otras historias. Al respecto Villota Toyos (1997) aporta en el apartado titulado Del Alter Ego, Doppelganger y otras esquizofrenias que “Narciso (…) se encuentra con que no reconoce del todo la imagen que le devuelve el espejo, aunque sospecha que hay gato encerrado” (41-42). El autor se refiere al uso del video para reflexionar sobre el desdoblamiento de la personalidad, y en este sentido la forma paródica del discurso hace emerger el espejo en el cual se refleja.

En cuanto al efecto de Dubmush como desdoblamiento, éste genera una lógica constante de pretensión de copia. Así, la cita se introduce en términos de distanciamiento (cita a la entrevista de Teté, a la historia de Teté reflejada y desdoblada desde nosotras). Objetos que no son los objetos originales pero remiten a ellos: la copia degradada.

Por último, es relevante atender a la “estética de cotillón” que plantea el trabajo. En las antípodas de un lenguaje refinado o sofisticado, el efecto buscado es evidenciar lo “berreta”. En consecuencia el significante del relato es modificado y aparece en su dimensión crítica: la puesta en evidencia de un mandato social. En palabras de Rodrigo Alonso:

“En manos de algunos artistas o activistas, el video es todavía un medio de expresión portador de discursos políticos, miradas cuestionadoras y preguntas inquietantes, cuando no de testimonios y aproximaciones agudas a la realidad cultural o social”. (2007: 140).

El trabajo intenta hacer referencia a diversos factores culturales y sociales. Por un lado, los concursos de belleza ligados a su vez a la producción particular de la zona. Esta situación ampliamente conocida en las provincias, supone un mandato heteronormativo y se traduce en una norma social impuesta. Una segunda cuestión a la que hacemos alusión es la migración de los estudiantes de arte a la capital del país, debido a la posibilidad que ofrece a los mismos. En este sentido, el relato en común construido por otros se unifica en un solo discurso pronunciado por distintas voces que se hacen eco en una figura general: el estudiante de arte. Por último, la intervención en el DNI del nombre propio produce un efecto paródico de reapropiación de la figura de Teté: a 50 años de su coronación generamos la idea de pretensión de ser ella misma.

En conclusión, el trabajo hace énfasis en construir un relato desde un simulacro “vulgar” y ordinario provocado por la conjunción de un relato estandarizado sobre los concursos de belleza e imágenes construidas con recursos de cotillón. El efecto entonces es el narcisismo invertido: no se busca desdoblar el “yo”, sino unificarlo en un “yo” común identificable por otros.

CV Manuela Méndez y Caterina Mora

Licenciadas de la Universidad Nacional de las Artes, docentes e investigadoras. Nacieron a mediados de los 80 en el Alto Valle de Río Negro y Neuquén, Patagonia Argentina. Estudiaron en escuela pública y al finalizar sus estudios secundarios de asentaron en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. No extrañan el viento pero sí las aguas cristalinas de los ríos que las vieron crecer. Participaron en el 2015 de la Bienal de Arte Joven y en el mismo año comenzaron sus estudios en la Maestría en Teatro y Artes Performáticas.

Bibliografía

Alonso, Rodrigo (2007). “Video arte y videodanza en una (in)cierta América Latina”. En Caldas, Paulo; Brum, Leonel [eds.], Dança em foco. Videodança, Oi Futuro, Río de Janeiro.

Villota Toyos, Gabriel. “Narciso lee las «instrucciones de uso»” (1997). En Enguita Mayo, Nuria [org.], Luces, cámara, acción… ¡Corten! Videoacción: el cuerpo y sus fronteras, IVAM Centre Julio González, Valencia.

Krauss, Rosalind (2006). “Videoarte: la estética del narcisismo”. En Primera generación. Arte e imagen en movimiento (1963-1986) [cat.exp.], Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid.

[1] Esto será nombrado posteriormente en el escrito como Dubsmash por tomar el procedimiento de la aplicación con dicho nombre, basado en la grabación de uno mismo gesticulando un audio de base.