Ejercicios para un trazado urbano del herbario personal.
De Manuela Mendez
Centro Cultural General San Martín en el marco de El Capricho. Curadoras: Andrea Bravo y Tania Puente.
La conferencia expone una serie de acciones, derivadas del texto La vida de las plantas, de Emanuele Coccia.
«Respirar significa estar inmerso en un medio que nos penetra con la misma intensidad con la que lo penetramos»
Las acciones reflexionan caprichosamente sobre lo poco que sé de las plantas y lo mucho que algunas plantas conocen de mi. Son, también, una especie de mapeo de mi biografía porteña, una hipótesis para devenir planta, una reflexión sobre el no-lugar que se ubica entre el hogar y la calle, una investigación sobre guías de plantas encontrados en mi ultima mudanza.
Texto curatorial
El capricho se propone como una reflexión sobre las operaciones de tránsito, deseo y norma que emergen en los vestíbulos de edificios habitacionales en la ciudad de Buenos Aires. Estos lugares de circulación cotidiana lindan entre lo público y lo privado. En ese intersticio radica su paradoja constitutiva: por resultar tan habituales, en muchas ocasiones acaban deshabitados. Plantas, sillones, mesas y veladores crean íntimos ambientes para fantasmas. Acogedores caprichos devenidos en vidrieras de la ausencia.
Los dibujos exploran desde la intuición, la línea y la ficción, la historia visual de estos intrincados espacios, permeados por una mirada subjetiva y atenta tanto al detalle como al instante. A través de superposiciones y extracciones, las obras, creadas específicamente para la Sala Vertical, habitan este espacio históricamente refuncionalizado. Así, entre pasillos, escaleras y niveles, estos dibujos duplican el estatus de la galería donde se exhiben. Un simulacro de ocupación que se balancea entre el recorrido y la contemplación.
Durante el tiempo de exhibición se llevarán a cabo una serie de actividades pensadas junto con creadores de diferentes disciplinas con la intención de tomar la sala y transformarla simbólicamente con nuestros cuerpos, afectos, deseos y trabajo.
El capricho se ensambla en su juego, flexibilidad y sutil sofisticación: concentra deseos y dinamismos en un espacio de tránsito. La ganancia dentro de lo que pensaríamos perdido.
Andrea Bravo y Tania Puente