De Fabián Díaz y Manuela Mendez

La luz del mundo se propone sobre unos núcleos problemáticos específicos:

En relación a la dramaturgia establece un vínculo de filiación específico con la novela Estrella Distante del escritor Roberto Bolaño, que no se plantea como adaptación, sino más bien como disparador de escritura, o versión libre.

A su vez se propone reflexionar sobra la tensión entre el vivo y su mediatización. Un cuerpo que lee, un cuerpo que opera una cámara de video, una serie de fotos, papeles, mapas como objetos presentes en la escena, resaltados, interpelados, detallados por procedimientos de mediatización como son el micrófono,  la cámara de video y la proyección.

Nos focalizamos a su vez en la noción de fragmento, justamente desde la potencialidad de la mediatización. Encontramos en este concepto las bases poéticas que nos permitan desarrollar el punto que nos interesa, que parte literalmente sobre la imagen de los cuerpos fragmentados que aparecían en nuestra dictadura, la fragmentación social como política de estado (atomización de los cuerpos) y el fragmento como resto, como archivo, como lo que queda de algo.

Por último la idea de documento sobrevuela toda la composición. Cómo producir un archivo de aquello que se lee, dar cuenta de qué. No nos interesa trabajar desde la ilustración ya que eso sería ponernos al servicio del texto. En cambio buscamos apropiarnos. Juntamos fotos que pertenecen a nuestros propios archivos: fotos de la década del 70 de álbumes familiares, un archivo de fotografías pornográficas que han sido juntadas a lo largo de años, los recortes de diarios que hemos ido guardando y que nos interpelan ideológicamente.

No existe, en ese sentido, una voluntad totalizadora, sino más bien una intención de collage, de superposición de imágenes (desde lo visual y desde la palabra), de construcción caótica y deformada que sea a su vez obra y proclama.

Dramaturgia y lectura en vivo: Fabián Diaz

Relato visual en vivo: Manuela Mendez